jueves, 29 de diciembre de 2016

Caminreal (Norte) - Teruel

Convertido el pueblo en un nudo ferroviario, Norte (que se había hecho con la mayoría de los títulos del Central) estimó que era necesario ampliar las dependencias para poder albergar a los nuevos trabajadores. 
Así, junto a la línea se inauguró también el 2 de abril de 1933 la nueva estación. 
Por desgracia está completamente abandonada y se deteriora rápidamente. Sólo la reciente declaración por parte del Gobierno de Aragón como Bien Catalogado del Patrimonio Cultural Aragonés puede salvar el emblemático edificio. 
Precisamente en la Orden del Boletín Oficial de Aragón del 25 de Abril de 2007 podemos leer las características arquitectónicas del inmueble. 
De estilo Racionalista con algunos elementos propios de la arquitectura local como ladrillo rojo, teja curva o carpintería en color verde, fue diseñada por el prestigioso arquitecto Luis Gutiérrez Soto. 
Como contrapunto a la horizontalidad del conjunto (que acompaña el trazado de las vías) en el lado izquierdo se construyó una torre a la que se accede por una angosta escalera de caracol. 
Destaca también el B.O.A. la existencia de una mesa de enclavamiento electromecánico entre los bienes muebles dignos de protección. 
El interior también es mucho más amplio y funcional que el antiguo edificio. 
En la taquilla aún quedaban un par de billetes y un calendario de Días Azules de 1995. Fue precisamente en junio de este año cuando RENFE rebajó la categoría de estación a andén sin personal. 
En la planta baja estaban el Gabinete de Circulación, la oficina del Jefe de Estación, la estafeta de Correos, las salas de espera y de equipajes… A pesar de estar bastante saqueado, siguen viéndose armarios, muebles, una pizarra con el logo de la operadora hecho con chinchetas y documentación, mucha documentación. 
Dos residencias para factores se adosaban en la trasera de la planta baja y el primer piso estaba destinado a otras tres viviendas; del Jefe de Estación, del Jefe del Puesto Fijo y de otro factor. 
Por último la cantina, de la que nada queda. Estaba situada en la esquina izquierda, debajo de la torre y desde sus ventanas daban directamente a los andenes, pudiendo así los viajeros ver la llegada de su tren. 
Como es habitual, el edificio de los servicios y lampistería es independiente del principal, quedando en este caso a la izquierda de éste en el andén. 
A la inmensa playa de vías (hoy desmantelada) se accedía mediante un puente giratorio. Allí estaba también el cargadero de carbón.
En esta explanada está el depósito de locomotoras, con capacidad para cuatro máquinas y fosos para pequeñas reparaciones. En la parte trasera del edificio estaban las oficinas de Tracción.
Muy cerca se alza el edificio de los dormitorios o “de los negros”, así llamado por la carbonilla típica que solían adherirse al cuerpo de maquinistas, fogoneros, mozos…
Una pasarela para llegar al andén y una moderna caseta desde la que el Jefe de Estación gestiona las entradas de las cuatro únicas circulaciones diarias (dos sentido Valencia y dos sentido Zaragoza) y la de algún mercancías es lo único que permanece en servicio.
Después de todo lo que hemos visto resulta triste ver a lo que ha quedado reducida esta estación que llegó a dar trabajo, a mediados del Siglo XX, a más de 200 trabajadores. 
Esta es la vía que llega de Calatayud vista desde el kilómetro 1. Justo al llegar a los andenes de la estación ha sido inexplicablemente cubierta de tierra.

(Esperando al tren)


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