martes, 22 de noviembre de 2016

Torre de Amargós _ Lérida

A poca distancia de Castellnou de Montsec, en una zona baja de la misma sierra y rodeada de un paisaje en el que alterna el robledal joven, los cultivos en bancales y algunas áreas desgastadas por la erosión, se alza esta pequeña aldea que debe su nombre a la antigua presencia de un torreón de vigilancia, del que apenas quedan algunas piedras visibles, invadidas por la hojarasca.
Un breve camino que se aparta de la pista principal llevar directamente al caserío, dejando a mano izquierda el cementerio y los testos de la antigua capilla de la Virgen de la Concepción, edificio del que únicamente siguen en pie parte de los muros. Precisamente cerca de las ruinas se levantó en 1993 un templete de piedra que protege la imagen de la Virgen titular de la capilla, pidiéndole que siga haciendo de Madre "para los que somos de aquí/y a los que os saluden/mientras hacen el camino".

Una fuente muy apartada
Ya en la aldea, el silencio se ha adueñado por completo de los caserones, apenas media docena de edificios que asoman entre los espinos y dejan ver desvencijadas galerías de madera. Las construcciones, hechas con toscas piedras pizarrosas y cubiertas con lajas entre las que sobresalen las chimeneas, cobijaron una veintena de vecinos que vivían del cultivo de cereales, la producción de vino y el cuidado de algunas cabras.
Al igual que en Castellnou, la escasez de agua impuso unas fatigosas condiciones de vida, ya que los lugareños debían surtirse de una fuente, llamada La Boixera, que estaba situada a media hora de camino del caserío. El aislamiento y otras carencias agravaron esta situación y el pueblo quedó completamente deshabitado.

(Pilar Alonso y Alberto Gil)

No hay comentarios:

Publicar un comentario