sábado, 26 de noviembre de 2016

La Mata - Soria

La vegetación que crece a su libre albedrío alrededor de La Mata ha aislado de tal forma esta aldea que obliga al viajero a dar un continuo rodeo, cruzando una torrentera y subiendo por las terrazas de los antiguos cultivos hasta llegar al corazón del caserío. Una vez en él, la vista abarca sin dificultad todos los edificios, poco más de una quincena de construcciones muy derruidas, cuyos escombros han ido sepultando el trazado de las antiguas calles hasta hacerlas intransitables.
La localidad de La Mata dependía antiguamente del ayuntamiento de Vellosillo, núcleo cercano que también ha quedado abandonado, pero en el siglo XX pasó a ser un barrio de la población de Yanguas y en sus mejores tiempos cobijó a más de 30 familias dedicadas al cereal y al cuidado de rebaños de cabras y ovejas. A finales de los años 70 quedó completamente desierto y sus vecinos se repartieron por los pueblos de alrededor, pero los más viejos todavía recuerdan que, a falta de luz eléctrica y por tanto de televisión, era costumbre que la gente del pueblo se juntara todas las noches en una casa para charlar y comentar los pequeños acontecimentos del día.
El recorrido bordeando las construcciones, entre las que se adivina algún que otro horno de pan, se antoja como una especie de ejercicio de evocación de esa época, difuminada entre las paredes de lajas de piedra y las cubiertas de teja hundidas por el abandono.
En un extremo del pueblo y junto a las paredes del cementerio se puede ver la iglesia de la Asunción, precedida de un arco adovelado y próxima a un arroyo que se salva mediante un tosco puente de piedra. Desde este punto la panorámica del entorno es espectacular y abarca la distante villa de Yanguas y su hermoso castillo. A las afueras de La Mata, la ermita de San Roque se mantiene heroicamente en pie entre viejos campos de cereal.

(Pilar Alonso y Alberto Gil)

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