sábado, 5 de noviembre de 2016

Baselgas - Asturias

El acceso a la localidad de Baselgas, una aldea encaramada sobre un cerro y cercana al montañoso corazón de Asturias, se hace a través de una estrecha pista que parece abrirse paso con dificultad entre la maleza. El abandono y el paso del tiempo han dejado en plena libertad a la vegetación, que se va adueñando rápidamente del asfalto como si quisiera dejar al pueblo definitivamente aislado del mundo. Un umbrío valle cubierto de robles y castaños y atravesado por el río Menende precede la subida hasta el caserío, formado por una veintena de construcciones, de las que únicamente dos están habitadas de manera estable.
En el siglo XIX, la población de Baselgas rondaba los 80 habitantes, dedicados en su mayoría al aprovechamiento agrícola del entorno, escarpado y de suelos calizos, dedicado principalmente a la producción de maíz, habas, patatas y "escanda", variedad de trigo que permitía la elaboración de un pan muy nutritivo. A mediados del siglo XX había más de 120 vecinos, pero veinte años más tarde la población se había reducido al mínimo y Baselgas entraba en una decadencia imparable, aliviada únicamente por algunos vecinos "de fin de semana".
La tradicional actividad agrícola ha dejado su huella evidente en el caserío, en el que destacan los hornos de pan adosados a las viviendas y sobre todo la magnífica colección de hórreos y paneras, una de las más interesantes de la región, adornadas con galerías de madera tallada. Entre las construcciones también es visible el edificio destinado a escuelas y en algunas fachadas de piedra se distinguen marcas y dibujos sobre los dinteles de las puertas.
A las afueras, sobre un alto y rodeada de prados se alza la capilla de la Virgen del Cerano (cuyo extraño nombre, según los lugareños, deriva de la palabra cerebro), objeto de una romería que se celebra el 15 de agosto y que, al menos ese día, vuelve a llenar de vida las calles del pueblo.

(Pilar Alonso y Alberto Gil)

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