sábado, 22 de octubre de 2016

Santa María de Buil - Huesca

En las laderas del cerro de Santa Cruz, elevado como una atalaya sobre los campos de labor, se asienta Santa María de Buil, población que en los siglos X y XI tuvo una notable importancia en el Sobrarbe, hasta el punto de que jugó el papel de capital de la comarca mientras Aínsa estaba en poder de los musulmanes. Su situación estratégica en el reino de Aragón y su emplazamiento a más de 900 metros de altitud, que permite tener una amplísima panorámica del entorno, hicieron de este núcleo un enclave privilegiado, coronado por un castillo del que apenas quedan restos.
El caserío se reparte en dos parroquias muy características. Nada más entrar en el pueblo se encuentra el barrio de San Martí, en torno a un magnífico templo del siglo XI declarado monumento nacional en 1976 - atendido por una agrupación de antiguos vecinos del pueblo que han evitado su ruina. La construcción, de tipo románico lombardo, es una de las más antiguas de este estilo en Aragón y, aunque fue modificada con poco acierto en el siglo XVII, todavía exhibe su planta de basílica. La solución de la torre, en cuya base se encuentra el atrio, se anticipó a su época influyendo en otras iglesias de la región.
Alrededor del templo se pueden ver algunas hermosas casas del siglo XVI, en las que se aprecian chimeneas, pozos y terrazas y que están siendo utilizadas esporádicamente por sus dueños. Desde este barrio se accede al de Santa María, situado en lo alto del cerro en torno a otra iglesia de gran tamaño, en estado ruinoso y terriblemente saqueada. Junto al templo se alzan el crucero y los muros del antiguo cementerio, y en dirección a la cima, el barrio apenas se mantiene en pie, con las paredes de piedra invadidas por una vegetación intransitable.

(Pilar Alonso y Alberto Gil)

No hay comentarios:

Publicar un comentario