lunes, 24 de octubre de 2016

El Calabacino - Huelva

La aldea de El Calabacino está formada por un núcleo de casas aisladas y dispersas que asoman entre el arbolado, un rincón idílico que saca buen provecho de la abundancia de agua y el clima benigno de este pequeño valle escondido al pie de la Peña de Arias Montano. El lugar podría ser un escenario perfecto para algún pasaje de Rousseau sobre el "buen salvaje" y de hecho, en los últimos años se ha convertido en lugar de estancia de una nutrida comunidad hippie que ha emprendido el arreglo de algunas viviendas con soluciones más o menos afortunadas.
El camino hacia la aldea, sombreado por hermosos árboles, ya anticipa el encuentro del viajero con un lugar mimado por la naturaleza, con bancales en pendiente cubiertos de vegetación y protegidos por muros de piedra en los que sobresalen higueras, nogales y los troncos retorcidos de alcornoques centenarios. Casi al final, un arroyo se cruza con el sendero junto a una fuente de aguas impolutas consagrada a San Amaro. A partir de aquí, el camino se ramifica en veredas cubiertas de maleza, que alguna vez sirvieron como calles y suben y bajan acoplándose al terreno.
Según parece, el abandono del lugar, habitado desde el siglo XV, se produjo a lo largo de los años setenta, cuando la falta de servicios desplazó a sus habitantes a Alájar donde habían quedado muchas viviendas desocupadas a causa de la emigración de la gente del pueblo a otros lugares. Durante los ochenta, El Calabacino estuvo deshabitado y a finales de esta década se inició una lenta repoblación con sus nuevos inquilinos, que ocasionalmente han recurrido a la energía solar para suplir las carencias de las viviendas. Éstas son construcciones muy elementales, con blancos muros animados por el colorido de algunas matas de flores y rodeadas de huertas o jardines que se funden con la vegetación del entorno.

Una romería popular
En lo alto de este núcleo de urbanismo improvisado se alza la ermita de La Trinidad, un original edificio datado en 1749 y realizado con una mezcla de mampostería y arcilla roja. El templo de planta cuadrada y con el añadido de una pequeña sacristía, perdió sus objetos de valor durante la Guerra Civil, pero aún se conserva en buen estado y en octubre es objeto de una romería popular que congrega a los antiguos habitantes de la aldea.


(Pilar Alonso y Alberto Gil)

Nota que me envía un seguidor
Hola Eugenio. Gracias por tu entrada. Soy habitante de la aldea del Calabacino desde hace anyos y me gustaria puntualizarte varias cosas. La aldea se despobló ya en la decada de los 60 y quedo casi completamente vacía en los 70. Ya a principios de los 80 habia comenzado la repoblación por neorurales (los primeros repobladores se instalan en 1979-1980). La energia solar no es ocasional, es la única fuente de electricidad en el valle, y está en todas las viviendas. Saludos y gracias de nuevo por tu entrada el El Calabacino - Huelva

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